La artritis reumatoide es una enfermedad crónica que provoca inflamación en todo el cuerpo y, por lo general, dolor en las articulaciones. Si no se trata, la artritis reumatoide puede dañar gravemente las articulaciones y los tejidos circundantes y causar problemas cardíacos, pulmonares y del sistema nervioso.
Los síntomas más frecuentes de la artritis reumatoide son dolor crónico, rigidez, sensibilidad, calor e hinchazón articular. Además, puede dificultar el movimiento y las actividades cotidianas.
No se conocen sus causas, pero sí sus factores de riesgo, como el tabaquismo, la obesidad y la contaminación atmosférica, y también se sabe que las mujeres y las personas mayores corren más riesgo de contraerla.
La artritis reumatoide causa inflamación y dolor en una o varias articulaciones. Aunque puede afectar a cualquier articulación, es más frecuente en las pequeñas articulaciones de manos, muñecas y pies.
La artritis reumatoide es crónica y, si no se trata, se puede agravar con el tiempo. Puede afectar gravemente al sistema inmunitario y dañar el corazón, los pulmones y el sistema nervioso.
Sus signos y síntomas tempranos son:
– Dolor
– Rigidez
– Sensibilidad
– Hinchazón o enrojecimiento en una o más articulaciones, normalmente en los dos lados (por ej., ambas manos o ambos pies).
Los síntomas de artritis reumatoide pueden empeorar con el tiempo y extenderse a otras articulaciones, como las rodillas, los codos y los hombros, dificultando la realización de tareas cotidianas como escribir, sujetar objetos con las manos, caminar o subir escaleras.
Los afectados suelen sentir cansancio, malestar general (por ejemplo, fiebre, problemas de sueño, pérdida de apetito) y síntomas depresivos.
El dolor y la dificultad para moverse pueden perjudicar la actividad sexual y las relaciones íntimas y causar una reducción de la forma física, dependencia, incapacidad laboral, pérdida de bienestar y problemas de salud mental.