Es fundamental comprender los conceptos relacionados con el VIH y el SIDA. El VIH, Virus de la Inmunodeficiencia Humana, ataca el sistema inmunológico del cuerpo, mientras que el SIDA, Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, es la enfermedad resultante de la infección por VIH. Es importante tener en cuenta que una persona puede tener el VIH, pero no necesariamente tener SIDA, lo que significa que no ha desarrollado la enfermedad. Esto destaca la importancia de que las mujeres se realicen la prueba de VIH antes de quedar embarazadas, para detectar la presencia del virus en su cuerpo. Si el virus está presente, existe la posibilidad de transmitirlo al bebé durante el embarazo.
Es crucial entender que el VIH y el SIDA son dos conceptos distintos: el VIH es el virus en sí, mientras que el SIDA es el síndrome o enfermedad que se desarrolla debido a la inmunodeficiencia adquirida.
El VIH se puede transmitir a través de la sangre u otros fluidos corporales. Esto significa que cualquier contacto, ya sea a través de la mucosa vaginal, rectal u oral, puede permitir que una mujer contraiga el virus de la inmunodeficiencia humana. Además, existe la posibilidad de que la mujer transmita el virus al bebé a través de la sangre durante el embarazo, mediante el cordón umbilical, la placenta o incluso durante el parto. Por lo tanto, la exposición al virus a través de las mucosas o la sangre es la forma de contagio.
Por esta razón, es crucial que todas las mujeres embarazadas estén atentas a estos factores de riesgo. Aquellas que tengan un mayor riesgo o que hayan dado positivo en la prueba de VIH deben tomar precauciones y medidas preventivas para inhibir la transmisión del virus tanto a ellas mismas como al bebé.
Durante el embarazo, a todas las mujeres se les realiza una prueba de VIH por trimestre. Si la prueba resulta positiva, existe el riesgo de que el virus se replique o aumente en el cuerpo, lo que incrementa la inmunodepresión y disminuye la capacidad de defensa del organismo de la mujer. Esto también aumenta el riesgo de infecciones y la posibilidad de transmitir el virus al bebé a través de la sangre, la placenta, durante el parto e incluso durante la lactancia materna. Por lo tanto, es de vital importancia que todas las mujeres se realicen la prueba de VIH durante el embarazo para detectarlo tempranamente y puedan recibir medicamentos que reduzcan la inmunodeficiencia humana y disminuyan la transmisión del virus al bebé.