En la cultura Wayuu, tras el parto, existen numerosas prácticas, creencias y cuidados que impactan tanto a la madre como al recién nacido. Las parteras y las mujeres adultas de la comunidad advierten a la nueva madre sobre el momento delicado que están atravesando, subrayando la importancia de seguir una dieta adecuada para su pronta recuperación y el bienestar del bebé.
Uno de los aspectos clave en las creencias Wayuu es el tratamiento de la placenta y el ombligo del recién nacido. Para los Wayuu, la placenta simboliza el futuro del niño. Se cree que si no es enterrada adecuadamente, el niño crecerá sin raíces, propenso a enfermedades y desconectado de su cultura y de la tierra.
Desde el punto de vista de la medicina occidental, se recomienda prestar especial atención al cuidado del ombligo. Aunque comúnmente se dice que “el ombligo se ha caído”, es crucial continuar limpiándolo diariamente durante una o dos semanas con alcohol o agua estéril para prevenir infecciones, como la onfalitis. De esta forma, se evita la posibilidad de complicaciones que puedan llevar al bebé a necesitar cuidados intensivos.
Alimentación durante el puerperio
En cuanto a la alimentación de la madre, tanto la medicina occidental como la medicina tradicional Wayuu coinciden en que la lactancia materna exclusiva es esencial desde el nacimiento hasta los primeros seis meses del bebé. Durante el período conocido como “dieta” o puerperio, la cultura Wayuu pone especial énfasis en la rápida recuperación de la madre y en la salud del recién nacido.
Las parteras recomiendan que la madre tenga cuidado con su alimentación para garantizar que el bebé crezca sano y fuerte. Tradicionalmente, se les ofrece mazamorra de maíz y agua de panela, alimentos que, según la creencia, ayudan a aumentar la producción de leche materna. También es habitual que se utilicen plantas medicinales para limpiar el cuerpo de la madre. En este período, se restringe el contacto sexual de la madre con su esposo, hasta que ella se haya recuperado por completo.
Otros cuidados esenciales
Un cuidado especial debe dirigirse a los ojos del recién nacido. Es común que algunos bebés presenten secreciones en los ojos durante la primera semana de vida. Aunque existe la creencia de que esto es causado por la leche materna que accidentalmente cae en los ojos del bebé, en muchos casos puede deberse a infecciones adquiridas durante el parto, especialmente si la madre tuvo infecciones vaginales en las últimas semanas del embarazo. Si el bebé muestra signos de infección, como conjuntivitis o irritación en la piel, es importante acudir al centro de salud más cercano.
Vacunación del recién nacido
Finalmente, es fundamental recordar que en Colombia existe un esquema de vacunación que comienza desde el nacimiento. Las vacunas protegen a los niños, que son una de las poblaciones más vulnerables ante virus y bacterias. Las principales organizaciones de salud, como la UNICEF, la Sociedad Colombiana de Pediatría y la Organización Mundial de la Salud, recomiendan que todo recién nacido reciba la vacuna BCG, que protege contra la tuberculosis, y la primera dosis de la vacuna contra la hepatitis B, desde los primeros días de vida.